Los menores de 45 años, los que más acusan la vuelta al trabajo

El regreso a la actividad laboral puede provocar alteraciones, como falta de apetito, dolores musculares e irritabilidad

En el caso de los niños, ante el inicio de las clases escolares, estos síntomas pueden ser indicios de acoso escolar sufrido en el curso anterior

La vuelta a la rutina tras el periodo vacacional suele generar alteraciones físicas, como fatiga, falta de apetito, somnolencia, dolores musculares y cansancio; y psíquicas, como apatía, irritabilidad, nerviosismo, inquietud, desesperanza y tristeza, advierten expertos de los hospitales Quirónsalud Valencia, Murcia y Torrevieja. "Se trata de un estado de malestar general que aparece acompañado de síntomas que dificultan el retorno a la actividad diaria. Si esa desazón no desaparece en unos diez o quince días, es necesario consultar con el médico, ya que podemos estar ante un proceso distinto que requerirá de atención especializada", aclara Marina Sangonzalo, especialista de la Unidad de Psicología Clínica del Hospital Quirónsalud Valencia.

Este fenómeno es relativamente reciente y está relacionado con la etapa final de las vacaciones de verano y navideñas o con aquellos periodos de descanso que igualan o superan una semana de duración. "Se da el hecho de que ahora es más fácil que las personas expresen sus síntomas por la accesibilidad a las redes sociales y nuevas tecnologías, pero en realidad este síndrome ha existido mucho antes y se sufría con la misma frecuencia, incluso con más intensidad, pero en silencio", explica Joaquín Conesa, psicólogo del Hospital Quirónsalud Murcia.

Alrededor de un 20% de los afectados se recupera prácticamente en uno o dos días y un 35% puede prolongar este malestar hasta dos semanas. "En el peor de los casos, si pasado este tiempo persisten los síntomas o aparecen otros nuevos más alarmantes, conviene consultar con el especialista en psicología clínica, para descartar el inicio de una patología más seria", aconseja Joaquín Conesa.

"En general suele afectar más a las personas menores de 45 años y también a aquellas que realizan una ruptura brusca del ritmo de vida vacacional y se incorporan a la rutina sin una breve transición", explica Marina Sangozalo. "Dependerá de cada persona que el regreso a la rutina se perciba como un suceso indeseado o como una oportunidad para retomar o iniciar nuevos proyectos. La forma de afrontamiento de cada persona supondrá que el retorno sea ilusionante o una auténtica tortura", abunda la especialista

"Con respecto a los niños", continúa Sangozalo, "debemos estar alertas si, con el retorno a las aulas, aparece una inesperada ansiedad de separación, dolores abdominales o fatiga injustificada e irritabilidad, especialmente a primera hora de la mañana, ya que estos síntomas pueden ser el reflejo de un posible acoso que haya podido sufrir el menor en el curso anterior".

Cómo evitar el síndrome posvacacional

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