Hace dos años, un día como hoy, desde la séptima planta, tenía esta visión del norte de Murcía. Además de un inmenso Patio de Luces que en las noches en las que me faltaba el aire, añoraba al protagonista del Arte de Volar.
Hace 2 años (en 2014), no era sólo la dramática pelea de mis maltrechas defensas contra el traicionero enemigo. También eran sensaciones amargas y sueños a punto de quebrar. También estaba nublado y hoy, dos años después, llueve. Bendita lluvia.
Hace dos años, en algunos momentos, había desistido de que la vida me daría otra oportunidad o "me invitaría a café..."En aquellas pesadillas, tenía la certeza que estaban mis abuelos, acogiéndome en sus brazos, mientras me fastidiaba no poder despedirme de mis hijos.
Una noche como esta, en 2014, tenía los sueños quebrados. Pero el portátil estaba en la mesilla para aprovechar los momentos en los que tenía fuerzas para preparar trabajos y escribir sin parar textos que luego borraba. "¿Nunca voy a cumplir mi sueño de Licenciarme en Derecho...?", me preguntaba. Tantas luchas pendientes y tanto por vivir.
Era el peor momento. Pero siempre es el peor momento para abandonar. Leí un mensaje: "Lucha, lucha sin parar. Lucha con uñas y dientes. No torres la toalla...". Qué fácil es escribir y dar ánimos cuando no estamos en esta situación..." Pensaba yo. Pero no queda otra.
Hoy, me he encontrado con Paqui (me visitaba todos los días en aquella habitación aislada para llevarme agua y mucho ánimo, como una Samaritana de blanco) y me ha venido al recuerdo que hace dos años, me faltaba el aire y muchas cosas más.
Esta noche, llueve y resalta la iluminación de la plaza con esos colores contra la violencia de género en la fachada del Viejo Casón que hace de Ayuntamiento. Admiro la belleza de una Plaza transformada por la lluvia y solitaria. La fuente, la Torre y la Farola. Han pasado más de 17 horas y sigue lloviendo. Han pasado dos años y no termino de creer que a veces, la vida, te lleva en volandas o saca un conejo de la Vieja Chistera...