[Isabel Sánchez, usuaria]
La salud es un derecho constitucional, conquistado por nuestros mayores, que se concreta en una sanidad pública, universal y gratuita.
El sistema público de salud es la herramienta de igualdad y equidad más importante para vertebrar nuestra sociedad, y una base fundamental del desarrollo del Estado de Bienestar al que aspiramos todos los habitantes de esta comarca. Hoy, es también el grito de guerra de las casi 80 organizaciones y de centenares de usuarios y usuarias que forman parte de la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública-Área III.
El mal gobierno de la sanidad pública, los continuos recortes, la falta de inversiones, y la estrategia privatizadora con la que se persigue hacer de la salud de todos y todas, el negocio de unos pocos, nos han traído hasta aquí:
Hoy, en el Área III:
- Las listas de espera para ser atendidos por algunos especialistas llega hasta el año 2024, lo que incumple de manera flagrante la normativa.
- La demora para acceder a nuestros médicos de familia llega a alcanzar los 20 días.
- Los continuos incumplimientos para la puesta en marcha de nuevas infraestructuras sanitarias hacen que los ciudadanos y ciudadanas de Aledo, Totana, Puerto Lumbreras o Águilas tengan que desplazarse decenas de kilómetros para recibir atención sanitaria especializada.
- Los habitantes de nuestras pedanías, fundamentalmente personas mayores, ven cerrados durante meses sus consultorios médicos.
- Quienes se ven obligados a utilizar el servicio de ambulancias, deben soportar penosos y largos trayectos porque alguien se empeñó en destrozar lo que funcionaba bien, para entregárselo al mejor postor.
Todos y todas padecemos en nuestras propias carnes el desmantelamiento progresivo de la sanidad pública. Todos y todas conocemos a alguien querido que sufre incertidumbre, angustia, cuando no dolor, a la espera de una prueba que confirme su problema de salud; de un diagnóstico médico que ponga nombre a lo que le pasa; al inicio de un tratamiento que le alivie y pueda curarle.
El sistema público de salud no es un regalo. Todos los ciudadanos lo financiamos en función de nuestro nivel de riqueza para que quienes necesiten de sus servicios puedan disponer de ellos independientemente de su sexo, profesión, raza, religión, situación laboral o capacidad económica.
Si se financia con el esfuerzo de todos, no puede ser un negocio y no debe por tanto ajustarse a las leyes del mercado. La Sanidad no tiene que ser rentable, no tiene que justificarse en el beneficio económico, sino en la garantía de una salud para todos, basada en la eficiencia y buen gobierno del dinero público.
[Dra. Natalia Gómez]
La falta de interés político del Gobierno de la Región de Murcia por la Sanidad Pública se concreta en la masificación y en las listas de espera para intervenciones quirúrgicas, para las consultas de los especialistas, las pruebas diagnósticas y, más recientemente, para los médicos generales y pediatras.
Todo ello desde una política premeditada de descrédito de la Sanidad Pública y de los profesionales que la ejercemos, quienes estamos sometidos a la presión, al agotamiento y también a la furia y a la frustración de aquellos a los que servimos. Todo ello, para convencer a la ciudadanía de las falsas bondades de la privatización cuando, en realidad, se frotan las manos pensando en cómo hincar el diente a lo que para ellos es solo un nicho de mercado.
Esto es sólo el comienzo. Son los primeros pasos para avanzar en una estrategia continuada hasta conseguir que el derecho a la protección de la salud deje de ser un derecho de todos los ciudadanos y pase a ser un privilegio para aquellos que puedan pagársela, dejando para los demás un modelo similar a la antigua beneficencia.
Por eso, es más necesaria que nunca la unión y la cooperación entre el personal del sistema sanitario público y la ciudadanía. Nos jugamos mucho. Nada menos que un Modelo Sanitario que, con sus defectos, ha sido el resultado de una lucha de generaciones, y que ha sido alabado en multitud de foros e instituciones, dentro y fuera de nuestras fronteras.
Y por ello, EXIGIMOS:
1.-Un modelo sanitario público, universal, equitativo, financiado adecuadamente a través de impuestos progresivos, con gestión pública que priorice las necesidades de salud de la población, basado en la prevención y promoción de la salud y la autonomía del paciente, con especial atención a las personas dependientes.
2.-La Atención Primaria como centro del Cuidado Integral de la Salud de la población, estrechamente coordinada con la Atención Especializada, la Salud Mental, la Salud Pública y los Servicios Sociales.
3.-Una Sanidad Pública con recursos humanos suficientes y con condiciones laborales dignas; provista también de la capacidad suficiente para la promoción y desarrollo de la investigación.
4.-El cambio de la estructura de los centros asistenciales hacia una organización democrática y participativa de trabajadores y usuarios, trasformando las actuales estructuras basadas en la simple confianza política en las diferentes direcciones, por otras en las que los cuadros directivos estén sometidos de forma permanente a un control democrático de su actividad.
5.-La necesidad de contemplar la atención sanitaria desde la perspectiva de cuidado integral a la población, rechazando, por tanto, toda propuesta de atención por objetivos que no se circunscriban al estricto ámbito de la rentabilidad social sanitaria.
6.-Poner fin a las derivaciones indiscriminadas a centros sanitarios privados. La sanidad pública debe disponer de la infraestructura y de los recursos humanos y técnicos suficientes para que las personas enfermas sean atendidas en los centros sanitarios públicos en el menor tiempo posible, con la máxima calidad y sin discriminación alguna.
7.-La implementación de un verdadero plan de inversiones en el Área III. Clamamos por la equidad entre las distintas áreas de salud.
Todavía estamos a tiempo de salvar un Sistema Sanitario que está valorado entre los mejores del mundo, por la calidad de sus servicios y sobre todo por su carácter universal, gratuito y solidario. Por eso hacemos un llamamiento a todos los ciudadanos y profesionales de la salud a movilizarnos en su defensa.
La deriva actual nos hará perder lo que nuestros mayores consiguieron y nosotros heredamos. Lo paramos ahora o perderemos este patrimonio y pasarán muchos años hasta poder conseguir el nivel de calidad de los servicios de salud que necesitamos.
¡POR NUESTRA SANIDAD PÚBLICA! ¡EN DEFENSA DEL ÁREA III!