Todos recordamos a una persona que caminaba por Totana hablando sola, entrando a comercios a pedir, con ropa bastante deteriorada, quitando los carteles de los paneles publicitarios... Una mujer a la que costaba mucho trabajo ayudar a no ser que ella lo pidiera, sentía fobia a profesionales de la medicina porque le recordaban episodios desagradables de una vida muy difícil y complicada aunque ella nunca usaba la violencia.
No siempre su vida fue tan difícil. Tuvo pareja e incluso hijos antes de que el destino la sumiera de lleno en el mundo de la enfermedad mental que tanto daño causa a algunas personas y donde tan complicado es ayudar, sobre todo a personas que no quieren ser ayudadas pero en el fondo lo están pidiendo a gritos.
Juan José me dijo "tenemos que ayudar a esta mujer, hay que hacer todo lo posible". Contactamos con la familia. Muy complicado que se hicieran cargo. Había que incapacitarla y que la fundación para la tutela se hiciera cargo. Ya teníamos algún caso en Totana que tutela esta fundación con éxito.
Viajes a Lorca para entrevistas con fiscalía, informes de la trabajadora social, médico de cabezera, policía local...
Llegó el día del juicio. Si ella no va a ir al juzgado habrá que trasladar al juzgado donde esté ella. Así lo hicimos, gracias a la buena disposición de la jueza.
Cuando conseguimos su incapacitación y la tutela de la fundación después de mucho tiempo, ahora venía la parte de conseguir ingresarla para estabilizar su situación y que los profesionales de la medicina y la salud mental se hicieran cargo de ella y pudieran conseguir que tuviera una vida digna.
Muchos profesionales y voluntarios tuvieron que coordinarse para poder llevarla al hospital y cuando estuviera estabilizada a un sanatorio del servicio murciano de salud. Concejal, trabajadores sociales, voluntarios de Cáritas, Protección Civil, Policía Local, Fiscalía, Juzgado, Doctora, 112, Trabajadora Social de los Centros de Salud, fundación para la tutela, trabajadores del Hospital...
Han pasado los años y pregunto por ella. Me dicen que está bien, recibiendo visitas de su hija y esperando ingreso en una residencia. Creo firmemente que hicimos lo correcto ante una situación tan complicada.
A veces la buena política tiene muchas dificultades y los plazos son demasiado largos. Nos queda la satisfacción de mejorar la calidad de vida de las personas. Conseguir esos objetivos es para lo que se debería de utilizar la política. Mejorar el mundo que nos hemos encontrado y hacer una Totana con más corazón hacia las personas vulnerables.