La travesía desde la Calle Reyes Católicos hasta el nudo de la “plaza” Príncipe de Asturias, es por totaneros y foráneos conocida por ser uno de los itinerarios de imagen e higiene más pobres de Totana: Aceras estrechas, a diario embutidas por camiones de transporte que aprovechan la anchura del vial para pernoctar, conformación de rincones poco iluminados y peligrosos por las noches, y durante el día el descubrimiento de una imagen urbana que deja a nuestro municipio en un pobre lugar para quien nos visita usando la estación intermodal de trenes y autobuses.
Son reversibles estas situaciones?Por supuesto. El espacio público necesita ser reformulado y acondicionado en favor de una nueva movilidad, y la obra que coloniza estos días el tramo es una buena oportunidad para dar cuenta de ello.
Ya no aparcan camiones, unas vallas lo impiden. El lugar por las noches ya se encuentra totalmente iluminado, sin rincones lumpen.No existe obstáculo entre farola y acera. Al cerrar la banda de aparcamiento, el peatón pasa de un itinerario de 0.80 m de anchura a uno de casi 4 metros. Incluso con la obra, pasear es más agradable. No sólo hay mayor anchura,sino que la tierra tapa los aceites y olores que quedaban como resultado de la presencia de camiones.
La esquina con la Reyes Católicos, habitualmente peligrosa por carecer de chaflán y visibilidad para el paso de peatones, es mucho menos peligrosa: Al haber mayor ambito de paso, uno puede separarse de la fachada y asomarse sin peligro para ver si pasa algún coche.
Es muy difícil que una obra mejore un lugar durante su ejecución.Un día terminará y todo seguirá su antiguo curso. Pero para entonces, nos habremos llevado con nosotros el necesario debate sobre la conquista del espacio para el peatón. Mientras, disfrutemos de esta rareza de obra que, mientras dure, mejora lo existente
Pedro Jose Sanchez Perez